jueves, 31 de marzo de 2011

¿El plan perverso de los Nule?

El portal Kien&Ke hace un análisis de las implicaciones que tiene el retorno al país de los Nule para enfrentarse a la Fiscalía 
 
¿El plan perverso de los Nule?
por KIEN&KE
 
A comienzos de esta semana la Fiscal General, Vivianne Morales, anunció que los polémicos empresarios Miguel, Manuel y Guido Nule no obtendrán el principio de  oportunidad completo para negociar sus penas. “Si se presentan pueden allanarse a cargos y por eso podrían tener una rebaja de hasta la mitad de la pena. Otra posibilidad sería un principio de oportunidad parcial. Pero lo que sí debe quedar claro es que no habrá principio de oportunidad total”, aseguró Morales.
 
Este pronunciamiento puso en alerta a los Nule que, de acuerdo con personas cercanas a su proceso, evalúan un tema que puede resultar perverso para los procesos que hoy se adelantan por la corrupción en la contratación de Bogotá.
 
Al parecer, los empresarios no colaborarán más ni aportarán nuevas pruebas a los distintos procesos que adelantan la Fiscalía, la Procuraduría y la Corte contra funcionarios públicos involucrados en el “carrusel”, como a la ex directora del IDU, Liliana Pardo, el ex subdirector técnico de ese organismo Inocencio Meléndez, el ex contralor Miguel Ángel Morales Russi, el ex representante Germán Olano, el senador Iván Moreno, así como decenas de políticos y abogados que serían vinculados a los expedientes por haberse prestado para que ellos defraudaran al Estado.
 
Este es un planteamiento delicado, si se tiene en cuenta que sus declaraciones han sido el eje fundamental para develar el entramado de cómo funcionaba el llamado cartel de la contratación.
 
En días pasados, Kien&ke reveló que los Nule estaban valorando su regreso al país y para revelar a la justicia los nombres de otros políticos de Cambio Radical, la U y el Partido Liberal que se habrían beneficiado con sus actividades. Y que para ello “la Fiscalía necesitaba de su colaboración y viceversa”. Esto se iría al traste.
 
Analistas consultados aseguran que, de todas maneras, si los Nule ratifican sus declaraciones con actos, la Fiscalía podría sostener los casos en juicio a partir de las pruebas que hasta ahora han recogido. Pero no podrían avanzar demasiado. Otro argumento es que la Fiscalía podría acoger las declaraciones que entregaron los empresarios a la Procuraduría y la Corte Suprema. Pero de todas maneras necesitan de ellos como testigos.
 
Guardar silencio y no aportar información “sería tan mal cálculo como el que hicieron cuando pensaron que podían sostener sus procesos desde el exterior”, concluye uno de ellos. Sin embargo, el Estado y su aparato de justicia tiene recursos para avanzar. Sin embargo, este es un caso en que la colaboración de los implicados se vuelve crucial para llegar al fondo de una estructura de corrupción que puede ser ejemplarizante y clave para depurar todo el sistema de contratación en el país.

¿Quién es Araujo el nuevo defensor de Iván Moreno?

Jaime Araujo es un vallenato, que fue magistrado de la Corte Constitucional, corporación de la cual fue presidente.  Antes de aceptar el reto de asistir jurídicamente al Senador Iván Moreno, lo primero que le solicitó al Procurador General de la Nación fue garantías para adelantar el proceso, pues luego de la renuncia de la abogada Luz Stella Mosquera, nadie quería continuar con la defensa técnica.

La razón invocada por los abogados es que con el Procurador Alejandro Ordoñez no existen garantías. Moreno lo ha acusado de tener un fallo de suspensión listo, la inexistencia de pruebas y otorgado poco tiempo para la preparación de la audiencia.
Jaime Araujo Rentería es un reconocido abogado de la Universidad Externado de Colombia, que cuenta con especializaciones en derecho internacional humanitario. Por ello en la audiencia del miércoles pasado, lo primero que hizo fue referirse a este tema y citar las garantías que contemplan los códigos foráneos.

Además, Araujo, quien aspiró a la presidencia de la República para el período 2010-2014 por la Unión Social Democrática, es especialista en ciencias penales y administrativas.  Vivió varios años en Italia, donde se dedicó al estudio de las leyes para complementar su profesión de jurista.  

Su trayectoria profesional ha estado vinculada plenamente al derecho. Se desempeñó como docente universitario durante 30 años en temas de teoría del estado, teoría de la constitución, derecho constitucional comparado o historia constitucional.

Quienes lo conocen de cerca afirman que su mayor preocupación es la protección de las minorías y la defensa del Estado Social de derecho, un criterio que a pesar de estar contemplado en la Constitución de 1991 es peramente violado por algunas de las máximas autoridades del país.

martes, 29 de marzo de 2011

Cómo se personaliza la justicia en Colombia

Acrca de como se personaliza la justicia en Colombia, o sino que lo diga el procurador, en la columna de Daniel Samper Pizano en El Tiempo.

Las justicias personales son una gran injusticia

Por: Daniel Samper Pizano

En nuestro país, la Justicia mayor anda tan quebrantada.

El país no está enredado solo por la falta de justicia, sino por la proliferación de justicias personales, que ignoran o desbordan la ley, montan sus propios tribunales y dictan sus particulares sentencias. El asesinato de la jueza Gloria Gaona en Saravena es la más perversa expresión de este fenómeno: un reo (aún no se sabe cuál) pretende imponer su punto de vista en el proceso y para ello contrata a un sicario y asesina a quien lo juzga. El mensaje ya ha sido enviado. Esperamos que no logre su propósito.
Las ejecuciones extrajudiciales y las desapariciones que acaba de denunciar el informe sobre Derechos Humanos de la ONU en Colombia son la manera torva como imponen su justicia en ciertas zonas de conflicto algunas unidades del Ejército y la Policía. Manera que, a propósito, es la misma que emplean la guerrilla y los paramilitares contra algunos de sus enemigos.
La justicia personal opera también de modos menos cruentos y más sofisticados. Uno de ellos consiste en difamar a las entidades encargadas de hacer cumplir la ley. El ideólogo del uribismo, José Obdulio Gaviria, acusa a la justicia colombiana de estar "movida por intereses políticos e ideológicos", de exhibir "insospechados niveles de crueldad" contra miembros de su partido y de promover la impunidad de los amigos de las Farc. Semejante acusación sería una bomba en un país serio. En Colombia solo se toma como un cacareo. Pero menoscaba la fe que aún puedan tener algunos en la institución judicial.
Los delincuentes también se creen con derecho a ejercer sus parcelas de justicia personal. Hay que ver con cuánta atención se escucha a asesinos, narcotraficantes y paramilitares cuando, aun contradiciéndose de manera vulgar, salen a involucrar a toda suerte de personas en toda suerte de crímenes. Casi nunca hay pruebas que sustenten lo que afirman desde la cárcel, pero su voz se recibe como si fueran profetas bíblicos.
No faltan, por supuesto, los jueces y magistrados que se desvían y, en vez de aplicar las leyes de la República, aplican las suyas propias, guiados por móviles que van desde la vanidad y la inquina personal hasta el soborno.
El caso del Procurador es asunto aparte. Se ha asignado a sí mismo el papel de Llanero Solitario y, con un crucifijo en una mano y un pendón azul en la otra, galopa omnipresente en calidad de justiciero universal. Ha descubierto unos instrumentos jurídicos discutibles y sobre ellos tiene montado su cadalso particular. Dispuesto a castigar los pecados como si fueran delito y a ofrecer un aparatoso espectáculo de justicia rápida, desde allí decreta el final inapelable de carreras políticas, trata como pobres víctimas a astutos criminales, aplica su propio sistema probatorio (cuya vergonzosa fragilidad quedó al descubierto esta semana) y amenaza a quienes contravienen sus creencias religiosas. Mientras tanto, como observa el jurista Ramiro Bejarano, urde "tenebrosas conspiraciones".
Sería ingenuo pensar que los periodistas nos privamos de repartir unas buenas dosis de justicia personal. Es posible leer una columna cuyo autor "opina" que cierto político al que detesta es un asesino, y así lo escribe sin escrúpulos ni pruebas. Otra nos cuenta que la esposa de un magistrado tiene una deuda civil y extrapola esta conducta para decir que, por ende, todos los miembros del tribunal son sospechosos de corrupción. Una columna más convierte temerariamente un rumor en "denuncia", aunque acepta con escandalosa frescura que se trata de un vil chisme. (Actitud que contrasta con la de periodistas como Daniel Coronell, para quienes un rumor es apenas la semilla de una posible investigación y suelen apoyar con documentos fehacientes sus afirmaciones.)
Cada quien, en fin, imparte su propia justicia menor. Por eso, en nuestro país, la Justicia mayor anda tan quebrantada.
ESQUIRLAS. La muerte de Gloria Valencia de Castaño deja viuda a la televisión y desolados a los oyentes de la HJCK. Un abrazo solidario para Álvaro Castaño Castillo y su familia.
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/danielsamperpizano/las-justicias-personales-son-una-gran-injusticia_9075923-4

viernes, 18 de marzo de 2011

El pastorcito mentiroso y Clara Elvira, en vivo y en directo para todo Colombia

El Pastocito Mentiroso Nule batió su record de mentiras en la entrevista concedida a Clara Elvira en RCN, alrededor de 16 en poco más de media hora, y reconoce que pagó sobornos. Riase con http://www.canalrcnmsn.com/noticias/guido_nule_reconoci%C3%B3_que_el_grupo_pag%C3%B3_sobornos_con_anticipos_que_recibi%C3%B3_para_obras

martes, 15 de marzo de 2011

¿Estamos acaso informados?

Manejo de la información en Colombia, Juan Manuel Lopez Caballero tambiuén opina del tema en revista Dinero:


Los casos de los asesinatos de los estudiantes universitarios en Córdoba y del escándalo de contratación de los Nule son claros ejemplos de cómo funcionan los medios.

Es una perogrullada decir que los medios de comunicación más que informar manipulan la opinión pública: como cualquier poder, este sirve los intereses de quien lo ejerce. Informar no es realmente su objetivo sino solo el instrumento para sus propios propósitos.

Los intereses son varios. Están los del 'cargaladrillos', que normalmente hace una reportería buscando noticias que por el rating que logra lo proyecten dentro de la profesión. Los columnistas, que en una forma u otra aspiran a hacer proselitismo de sus ideas, inquietudes o puntos de vista. Los de los propietarios, que naturalmente buscan una rentabilidad en dinero pero igualmente en influencia. Y, recíprocamente, quienes tienen acceso a los que deciden en los medios intentan usarlos para su beneficio y su promoción política.

Con filtraciones y chivas y excitando las emociones se maneja ese mundo; pero también con los vacíos que se dejan.

Un ejemplo reciente es el caso de los jóvenes estudiantes de los Andes asesinados en Córdoba. Ya se ha hecho notar lo desequilibrado del despliegue en comparación a la poca importancia que se había dado al contexto dentro del cual se produjo. Antes de ellos se habían presentado otros 30 homicidios en la misma zona en los primeros 18 días del año; además de la cantidad, esto representaba una escalada local y regional imposible de no destacarse: en el departamento, en los últimos cinco años, se había producido un promedio de dos asesinatos cada tres días (cerca de cien por 100.000 habitantes), y al final del mes de enero este promedio se había más que doblado con 48 muertes en treinta días. El control que ejercían las bandas sobre la zona era conocido, conocida la actividad de embarcación de droga que allí se realizaba y los enfrentamientos que por eso se daban entre ellas.

La noticia no fue desarrollada en razón de esto, ni para que la ciudadanía supiera que esto sucedía; giró alrededor de las entrevistas a familiares, el recuento de la historia de los estudiantes y la movilización de los sentimientos y las emociones que podían producir repercusión mediática.
 

Y agitó a las autoridades: Consejos de Seguridad, envío de fuerzas adicionales, oferta de grandes recompensas. Toda la reacción que no producía la situación existente fue disparada por la presión de los medios. Pero hasta ahí llegó el 'interés noticioso'; el asesinato de otros dos estudiantes del Sena ocho días después ya no tuvo tanta exposición (cuando lo esperable es que por ser la continuidad o la repetición se usara para mostrar lo terrible que allí sucedía) y hoy nada se sabe de lo que sigue pasando en ese territorio (excepto lo que se refiere a la captura de los responsables de ese crimen).

Indiscutiblemente, algo de positivo tuvo el que apareciera en la prensa la información sobre esas muertes, pero es igualmente claro que esa información estaba orientada a objetivos diferentes de estudiar y denunciar lo que esa región vivía; en otras palabras, no se cumple la función que uno esperaría y que la prensa dice estar cumpliendo: ser instrumento de la ciudadanía para 'ver' lo que pasa en el mundo y en especial en el que nos rodea.

Otro caso es el del escándalo de la contratación de los Nule. Estamos informados paso a paso de cada declaración que ellos dan, de cómo se consideran víctimas y no culpables de unos delitos, de las acusaciones que presentan.

Pero el interés mediático es alrededor de las personas y no de los hechos, no se busca informar -estudiar y denunciar lo grave que puede estar sucediendo- sino 'comer Alcalde, comer Contralor, comer Congresista', permitir que el ciudadano desahogue sus pasiones en contra de quienes por el mismo manejo de la opinión pública son presentados como responsables de sus males.

El qué pasó y porqué pasó no 'vende'. No es posible que esto sea un caso aislado y único; si el delito nace en las autoridades del Distrito, este se debería reproducir en todas las licitaciones; en las de Obras Públicas, pero además en Educación, Salud, Servicios Públicos, etc. Y de ser así no serían pocos los contratistas que funcionan también bajo esas modalidades. Y si los 'malos' son los Nule, lo que uno supondría es que usaron los mismos métodos en buena parte de los contratos que concretaron a nivel nacional, departamental, municipal, etc. De todo esto nada se sabe.

Y, si daban comisiones del 6% más el 2% de los contratos que firmaron, habría perdido la ciudadanía $200.000 millones. ¿Será que todo el sistema de contratación está montado para que así funcione, pagando muchísimo más de lo que valen las cosas? ¿O sería el caso Nule único y solo ellos tuvieron esa habilidad u oportunidad?

Se ofrece la posibilidad de estudiar todo eso; pero no es eso lo que nos trae o atrae a la prensa. ¿Cómo se mueven esos contratos y esos dineros? Eso interesa más a la ciudadanía que la eventual repartición o participación en una comisión de $3.500 millones entre unos señores Dávila, Tapias, Liliana Pardo, Gómez, y otros cinco o diez más que siguen apareciendo como si fueran Alí Babá y los cuarenta ladrones y no parte de unas instituciones que así funcionan.

Cada denuncia de los Nule debería generar aunque sea un comentario más allá de la enunciación de la acusación. Que el Señor Iván Moreno extorsionaba pidiendo la adjudicación de los puestos para las estaciones de gasolina: ¿cómo se adjudican o reparten estos? ¿No puede cualquiera montarlas? ¿Cuánto costaría ese derecho? ¿Es tan rentable que contra ello se negocia la adjudicación de una obra como la Autopista del Sol?
 

Lo que se trata aquí de señalar es que para el ciudadano solo existe aquello sobre lo cual tiene información; y que los medios de comunicación, a pesar de ser el poder más grande -la realidad se convierte en lo que ellos presentan, y, excepto para quienes lo viven en directo, desaparece lo que ellos minimizan-, no están regulados ni les están asignadas unas responsabilidades que los pongan al servicio de lo que afecta a los ciudadanos. Tienen en el fondo más poder que las autoridades (decía el Fiscal que producía la investigación contra Bernardo Moreno, porque si no la prensa lo 'cocinaba'), pero nada les es exigible como función social institucional.

Es paradójico, pero el interés que tienen por 'la noticia' hace que menosprecien la información: la barbarie de los paramilitares (que han confesado 173.000 homicidios y 37.000 desaparecidos) aparecía a raíz de un acto atroz o de la captura de un capo, pero no como el proceso que ahora se viene a divulgar (y no porque no se conociera); la catástrofe institucional que representó el gobierno Uribe se ocultaba enfatizando los golpes dados a la guerrilla (en la práctica casi siempre sobredimensionados para volverlos algo 'noticioso'), como si nada de lo que ahora escandaliza se hubiera sabido. El caos del sector minero pareciera que solo existe cuando aparecen las tragedias. De las inundaciones se muestran las imágenes de impacto, pero después nada se sabe de la situación en la cual quedan los dos y medio millones de colombianos que las sufrieron ni de las expectativas que ahora les esperan. Se multiplican las denuncias de policías vinculados a toda clase de delitos pero sin ningún intento de indagar el porqué.

En fin, no es exagerado afirmar que es más (y de más importancia) lo que no informan los medios que lo que informan.

Corrupción inherente al ser

En publicaciones anteriores hacíamos referencia a la frase célebre “La corrupción es inherente al ser” genial creación de uno de los integrantes del  ya famoso clan NULE, hoy otros periodistas se refieren a la misma frase.



La frase fue expresada por uno de los Nule y como los colombianos solemos ser tan extremistas (pasamos del amor al odio con una facilidad asombrosa), no logramos ni siquiera un minuto de reflexión para decantar la ‘escandalosa’ expresión. En nuestro mundo dual la gente es mala ‘para siempre’ o tan buena que llega a ser ‘perfecta’. Todo lo que haga o diga ‘un malo’ es nefasto y todo lo que exprese un bueno es ‘maravilloso’. Y claro, por nuestra pendular (de péndulo) idiosincracia todo lo que provenga de los Nule es horroroso, lo que permite que el criterio se bambolee al vaivén de las emociones. Pero, déjeme decirle que lo que dijo Nule es cierto. El ser humano elemental vibra con toda clase de pasiones e instintos, y precisamente su proceso de evolución es tomar conciencia para superarlos y convertirse en un ser que no tenga reacciones y emociones tan primitivas. La envidia, la corrupción, los celos, la ira, el egoísmo, la trampa, el engaño, son conductas inherentes a la condición humana que deben superarse. Los procesos de educación son para lograr que podamos acercarnos cada vez más a niveles de desarrollo “próximos a lo espiritual y distantes de la bestia”. Estamos a mitad de camino entre los ángeles y la bestia. ¿O es que alguno cree que ya somos ángeles? Y si aún no lo somos, sino estamos aquí para aprender, ¿cuál es el significado de la vida?

Que los Nule sean corruptos y que expresen que lo son “por naturaleza” tiene una carga de cinismo inmensa, porque quieren justificar su conducta amparándose en una tendencia natural que es válida, pero que se espera se supere o transforme en la medida en que crecemos y nos ‘educamos’. Ellos se instruyeron (no se educaron) por lo que consideraron que podían seguir obrando al nivel ‘natural’ o primitivo como seres de extrema elementalidad. Como lo son tantas personas cuya evolución de conciencia sigue bordeando los espacios del instinto y las emociones infantiles. El primer grado de evolución humana es el de la supervivencia física y en ese nivel son válidas conductas de defensa y ataque propios de ese estado. ¡Pero evolucionamos! Y entonces vamos trascendiendo lo instintivo y primario para darle un sello de humano donde ya la cultura ‘pule’ la naturaleza. El lenguaje, por ejemplo, es la primera imposición de la cultura a lo natural. Por naturaleza no hablaríamos: gritaríamos o tendríamos sonidos guturales. La historia de los ‘niños salvajes’ es muy clara en ese sentido. La cultura ‘invade’, inyecta lo natural y empezamos a evolucionar.

Sí, la corrupción es inherente a la condición humana en cuanto ‘por naturaleza primaria’ se busca la propia satisfacción sin medir efectos o consecuencias en los otros, puesto que desde el egocentrismo o narcisismo el otro todavía no existe. Pero eso no hace que hoy y ahora, todos seamos corruptos. La cultura y la educación ayudan al proceso de desarrollo y de evolución. Que personas con acceso a una aparente ‘educación de calidad’ se comporten así cuestiona por enésima vez qué es lo valioso: instrucción o conciencia. Los corruptos son los más ‘preparados’ porque lo que aprenden (sin conciencia) les da todas las herramientas posibles para creerse superiores y caer en el abuso del poder. Que es en definitiva la corrupción. Sólo sus necesidades y satisfacciones son válidas. Encontramos que puede ser una educación de instrucción la que potencialice la corrupción en seres cuya evolución no ha despegado. Los Nule son la prueba.   

Carrusel de la vergüenza

importantes columnistas del diario El País de Cali escriben sobre el caso Nule. 


Son los integrantes del grupo Nule que se refugiaron en Miami e Italia, pero también son los magistrados auxiliares de la Corte Suprema de Justicia y su Procuradora Delegada, y el senador Iván Moreno con su equipo de abogados. Ellos integran el carrusel de contradicciones que se presentó en Miami lejos de la perjudicada Colombia.
Afuera del Consulado en Coral Gables, una veintena de periodistas residentes y visitantes estuvimos dispuestos a cubrir la verdad que nunca encontramos después de ocho días de careos y uno de asueto por cuenta de mentiras que nos contaban desde adentro.
Se nos dijo el miércoles que no había audiencia al día siguiente porque Guido Nule no había llegado de Italia. El jueves llegó el primo Nule Marina y me contó que se trataba de otra farsa. “Yo vivo aquí y no me he movido para nada. Me llamaron los magistrados y me dijeron que la vista quedaba cancelada porque tenían que entrevistarse con el FBI para lograr apoyo en el rastreo de bienes en Estados Unidos”.
Esperamos que en esta cooperación judicial aparezcan las cuentas, sociedades, transacciones y bienes de los implicados para que alguna vez se pague al menos parte de la deuda causada por la delincuencia de cuello blanco.
Y todos los días salía la chorrera de declaraciones ridículas hasta el punto de que esta bella familia que desapareció miles de millones de pesos de los colombianos llegó a decir que “Miguelito está tan pobre, que vive lo que le dejó su mujer en el juicio de separación. Y el joven Guido vive del dinero de sus padres porque sus empresas quebraron, por lo que el niño no tiene un peso para frecuentar los sitios de lujo que antes visitaba”.
Y entre la locura y el cinismo, Miguelito sale a confesar que “una iglesia protestante lo está ayudando ante Dios y que no está bajo tratamiento con fármacos”, contradiciendo lo que dijo dentro de la sala. Finaliza con esta perla: “No he podido ni conseguir el wiskysito que tanto nos gusta. No he podido encontrar ni un solo traguito de Old Parr”.
Luego me dice que no ha venido a Colombia “porque las autoridades, la Procuraduría y la Fiscalía, no me han llamado”, en lo cual tiene razón. Ni siquiera en las visitas del ex fiscal Mendoza Diago, muy cuestionadas por cierto, quien los escuchó y nunca les exigió que regresaran a Colombia a responder. Así abrió el camino para lo que ellos quieren: pasar de victimarios a víctimas gozando del cuestionado principio de oportunidad que les permitiría contrademandar a este pobre país saqueado, humillado y ofendido. Tampoco ha hecho demasiado la nueva fiscal Viviane Morales, quien en principio se mostró en desacuerdo con la actuación de su antecesor.
La ridiculez de este episodio ha llegado a tanto que supimos que en medio de uno de los careos, Miguel Nule, el más folclórico, increpó: “Yo llegaré hasta el final. Les cuento que mi declaración sobre el ingreso a la clínica Monserrat contra Moreno Rojas fue una confusión a propósito porque se trataba de Moreno de Caro”.
Lo que se ve es que van detrás del senador Iván Moreno, a quien el procurador Ordóñez citó el pasado viernes a sabiendas de que estaba en audiencia en Miami. Luego corrigió y la cita es para mañana lunes. El Senador me dijo: “Estoy dispuesto a mi destitución en menos de diez días. Y en cuanto a la de mi hermano Samuel, cada día trae su afán”.
Los colombianos de bien que van al consulado en Miami protestan porque este espectáculo no es para una sede diplomática. En Colombia hay salas penales para los delincuentes del carrusel de la vergüenza.
lero/carrusel-verguenza

jueves, 10 de marzo de 2011

El expediente que olvidaron los Nule

Miguel Nule sufre de amnesia. En declaraciones a los corresponsales colombianos en Miami, dijo que jamás acusó con nombres propios a reconocidos periodistas que supuestamente recibieron dinero de manos de su antiguo abogado y relacionista, Álvaro Dávila, para controlar a los medios de comunicación.

Pues bien, solo se necesita revisar el expediente que recoge las declaraciones del principal socio del emporio de los Nule ante la Fiscalía General de la Nación. Eso sucedió en Coral Gables el 19 de diciembre de 2010, cuando estuvo acompañado de su abogado, Daniel Largacha Torres.

No es cierto que le hayan falsificado su firma. En el expediente completo existen otra serie de imputaciones de Miguel, quien acepta que su intención es acogerse al principio de oportunidad, las cuales las ha ratificado, eso sí, con una serie de contradicciones.

Lo que sucede es que al involucrar a periodistas de forma ligera e irresponsable, a los Nule se les vino el mundo encima. No tienen formas de comprobarlo, no existen evidencias de que los comunicadores incluidos en el expediente hayan beneficiado con su información al conglomerado y, además, Miguel hizo aseveraciones desaliñadas. Dijo, por ejemplo, que una de las colegas se lo pasaba tomando whisky en la oficina de Dávila.

Nule, cuando fue confrontado, se retractó. Y ahora sale con otra comedia: “me falsificaron la firma”. ¿Qué estará pensando la Fiscalía? Razón tiene la titular de ese despacho, Vivian Morales, cuando duda del rigor que pueden tener las acusaciones de Miguel para otorgarles a él  y a sus socios el principio de oportunidad.

Ojala, por la dignidad que merecen las personas y por el derecho a la honra, Miguel –en el afán de salvarse de la hoguera-, no siga enlodando a inocentes como lo hizo con el grupo de colegas.

lunes, 7 de marzo de 2011

La condición humana de los Nule

“La corrupción hace parte de la condición humana”. Así sin recato alguno, con asombroso descaro, Miguel Nule, reconoce que su conglomerado empresarial aceitó a funcionarios, políticos, proveedores y periodistas para hacerse a grandes contratos y presionar a los medios de comunicación con el fin de colocarlos a su favor.

El fin justifica los medios, es su teoría. Para hacerse ricos, inmensamente ricos, los Nule acudieron al cinismo, al clientelismo y a los avaros de turno. Se ganaron licitaciones nacionales –lo de Bogotá es apenas la punta del escándalo-, y con sus excentricidades se mostraron como la nueva generación del empresariado criollo.

Al mejor estilo mafioso, compraron mansiones en Dubái, Manhattan y Miami, como lo denunció la revista Semana hace 15 días. Dineros de los impuestos, de la doble calzada a Girardot, de los anticipos de la 26, de las electrificadoras y de muchos otros negocios, quedaron en sus bolsillos, que hoy disfrutan en el exterior a donde la Corte Suprema tiene que ir a escucharlos.

Cabe preguntar por qué el Gobierno de Santos no los solicita en extradición. ¿Acaso no son unos prófugos que desfalcaron al Estado y al Distrito Capital? Aberrante que mientras se discute en el Congreso un nuevo estatuto anticorrupción, los hampones estén gozando de privilegios judiciales sin antecedentes.

¿No es eso conhestar con el delito? ¿No es equivalente a ponerse al servicio de malhechores de la peor talla? ¿Por qué el gobierno ha guardado silencio frente a la propuesta de la Contralora General de la República en el sentido de embargarles sus cuentas y propiedades en el exterior?
Aquí, según han decidido publicar algunos medios de comunicación, dejaron las cáscaras de sus antiguos emporios. Lo que reposa en la Superintendencia de Sociedades, que actúo tarde sobre el descalabro, no son más que pasivos. 

Triste la complacencia del país con la corrupción. La columna de María Jimena Dussán “La Moñona de los Nule”, deja al descubierto que las autoridades los están tratando como víctimas y no como lo que son: ladrones.

Y más aún: en Colombia es imposible ganarse una licitación sin acudir a triquiñuelas, señala la columnista. Si eso es así, estamos en el peor de los mundos. Miguel Nule debió leer a Sartre, que negó la naturaleza humana. Estar arrojado en el mundo, tener que trabajar, vivir en medio de los demás y ser mortal es tan triste, que la mejor forma de compensar esta desgracia es el “todo vale”. Y los Nule lo saben.

jueves, 3 de marzo de 2011

¡LOS PERIODISTAS DEL CARRUSEL!

Los Nule están dispuestos a todo con tal de salvarse de la carga penal que se les avecina: hasta  vincular como receptores de coimas a reconocidos periodistas colombianos y abogados de prestigiosos canales de televisión. Aquí detalles de un expediente ante la Fiscalía.

Eran las 8:20 am. Miguel Nule, uno de los zares de la contratación en Colombia, ponderado por una prestigiosa revista como la nueva generación de empresarios, empezó a rendir indagatoria ante la Fiscalía General de la Nación. Lo hizo en Coral Gables, Miami, acompañado de su abogado, Daniel Largacha Torres. “He venido a contar todo”, dijo y explicó que lo hace con el fin de acogerse al principio de oportunidad.

La afirmación está en el expediente que reposa en la Fiscalía. El texto es largo, fragoso y recoge una serie de afirmaciones que son del dominio público y de los organismos de investigación. Sin embargo, en uno de los apartes, Nule hace una serie de revelaciones que involucran a connotados periodistas. Supuestamente, su organización a través de Álvaro Dávila, quien era su abogado y a la vez se desempeñaba como funcionario de Trasmilenio, era el encargado de hacer las relaciones con la prensa.

De Lobby

“Dávila no hace nada, era un lobista encargado de manejar la intermediación con  los Moreno y de  controlar a través de sus relaciones la presión de los medios de comunicación”, señala el documento.
Eso sucedió el 19 de diciembre de 2010 cuando el entonces fiscal (e), Guillermo Mendoza Diago, decidió enviar a Miami una comisión de la entidad para la ampliación del interrogatorio que se había iniciado unos días antes.

“Dávila nos cobra a nosotros siempre, con facturas varias, se cruzaban por honorarios por horas, un  aproximado entre 200 dólares en adelante por hora, para controlar medios de comunicación”, subrayó el socio del emporio de la construcción.

Muchos salpicados
En su declaración fue enfático: Álvaro Dávila –dijo- es socio del abogado Guillermo Puyana (defensor de periodistas a través de tutelas), de Clara Elvira Ospina (directora del Noticiero RCN Televisión y de Julio Sánchez Cristo (director de la W). Sánchez Cristo, señala la declaración de Nule, “era su socio en unos negocios personales”.

El ventilador va más allá: Dávila, aseveró Nule, era socio de Gonzalo Córdoba, “director de El Espectador” y de Felipe Zuleta, columnista del mismo diario. También le hizo saber a la Fiscalía que Dávila era abogado de RCN y que tenía cercanía con Daniel Coronel, director de Noticias 1.

El abanico de los periodistas relacionados por Nule figuran Yamit Amat, Camila Zuluaga, que visitaba constantemente la oficina de Dávila y luego tuvo una fricción con Guido Nule. Al parecer –dice- por ese motivo Julio Sánchez tomó represalias y durante un año “nos puso como los payasos de la fiesta”.

Miguel Nule ahonda en algunos detalles más y señala que Dávila manejaba a Claudia Hoyos (la presentadora de 1-2-3 de CM&).

En aras de la dignidad del oficio y de la imparcialidad que indican los códigos de ética en el manejo de la información, los colegas sindicados –todos ellos personas prestantes y reconocidas-, deben pronunciarse. Los Nule han enlodado a muchas personas y sería triste que el periodismo, cuyo único interés debe ser el servicio a la sociedad, quede en entredicho.

Lamentable sería que los protagonistas de los medios, los adalid de la transparencia, estuvieran al servicio de tramposos y avivatos.
Ojalá que todo esto solo sea una pataleta de los Nule para salvarse del penoso episodio que los tiene al borde del despeñadero. El relato tiene visos de inverosímil, pero los lectores, televidentes y radioescuchas merecen una explicación.