jueves, 10 de marzo de 2011

El expediente que olvidaron los Nule

Miguel Nule sufre de amnesia. En declaraciones a los corresponsales colombianos en Miami, dijo que jamás acusó con nombres propios a reconocidos periodistas que supuestamente recibieron dinero de manos de su antiguo abogado y relacionista, Álvaro Dávila, para controlar a los medios de comunicación.

Pues bien, solo se necesita revisar el expediente que recoge las declaraciones del principal socio del emporio de los Nule ante la Fiscalía General de la Nación. Eso sucedió en Coral Gables el 19 de diciembre de 2010, cuando estuvo acompañado de su abogado, Daniel Largacha Torres.

No es cierto que le hayan falsificado su firma. En el expediente completo existen otra serie de imputaciones de Miguel, quien acepta que su intención es acogerse al principio de oportunidad, las cuales las ha ratificado, eso sí, con una serie de contradicciones.

Lo que sucede es que al involucrar a periodistas de forma ligera e irresponsable, a los Nule se les vino el mundo encima. No tienen formas de comprobarlo, no existen evidencias de que los comunicadores incluidos en el expediente hayan beneficiado con su información al conglomerado y, además, Miguel hizo aseveraciones desaliñadas. Dijo, por ejemplo, que una de las colegas se lo pasaba tomando whisky en la oficina de Dávila.

Nule, cuando fue confrontado, se retractó. Y ahora sale con otra comedia: “me falsificaron la firma”. ¿Qué estará pensando la Fiscalía? Razón tiene la titular de ese despacho, Vivian Morales, cuando duda del rigor que pueden tener las acusaciones de Miguel para otorgarles a él  y a sus socios el principio de oportunidad.

Ojala, por la dignidad que merecen las personas y por el derecho a la honra, Miguel –en el afán de salvarse de la hoguera-, no siga enlodando a inocentes como lo hizo con el grupo de colegas.